jueves, 9 de diciembre de 2010

REFLEXIONES SOBRE AYACUCHO

   Al despuntar la mañana del 9 de diciembre de 1824 en la Pampa de Quinua, Depto. de Ayacucho, ladera oriental de los Andes peruanos, tuvo lugar el último capítulo de las acciones militares terrestres entre las fuerzas patriotas de carácter internacionalista (colombianos, venezolanos, antillanos, peruanos, chilenos, rioplatenses) que luchaban por su Independencia y el ejército realista que pugnaba por sostener su alicaído sistema de explotación iniciado 300 años atrás.

   Sus armas sostenían historia, presente y proyectos antagónicos: unas por la liquidación del sistema colonialista y buscando la unidad americana; las otras, soliviantando la dependencia y el desencuentro entre sus pueblos.
   El fracaso del magno intento del Libertador Simón Bolívar de plasmar la unidad continental en el Congreso de Panamá de 1826 donde la participación activa de la diplomacia estadounidense cumplió un nefasto rol, de consuno con las posturas reaccionarias de las oligarquías y sectores burgueses vinculados al capitalismo de entonces hegemonizado por el Imperio Británico, bloqueó el proceso abierto con la Revolución Haitiana de 1804.
   Luego del interregno donde se fueron consolidando estructuras de dominio y dependencia a favor de los actores sociales más reaccionarios, que abarcó al resto del siglo XIX, con excepción de algunos intentos de primacía burguesa, la próxima centuria alumbrará con el movimiento obrero como bandera y al unísono de los ecos de la Revolución Rusa a la gesta Mexicana, la Reforma Universitaria que estalló en Córdoba que enmarcaba la unidad de obreros y estudiantes en la órbita americana, las organizaciones sociales y movimientos populares de todo tipo, de más en más organizados y con influencia política, social y cultural crecientes a pesar de los embates reaccionarios del imperialismo de Estados Unidos transformado en acreedor del mundo a partir de la Primera Guerra por el reparto de los recursos naturales y del mercado como en actor hegemónico luego de la Segunda conflagración.

   Complementados con los partidos políticos populares y en el sendero iniciado por el Pueblo Cubano desde el 1 de Enero de 1959 Nuestramérica está embarazada de su Segunda Independencia, donde la construcción sin pausa de la emancipación integradora de nuestros pueblos será su piedra fundamental e irrenunciable.

                                                                                                                                 Alfredo Jacobsen

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