viernes, 3 de septiembre de 2010

EL CONOCIMIENTO DE LA HISTORIA ARGENTINA

REVOLUCIÓN DE MAYO


   La realidad es que muy poca gente tiene una mediana idea de lo que pasó el 25 de Mayo de 1810, a veces por falta de interés, otras por la mala enseñanaza recibida, ya desde muy jóvenes.
Un ejemplo de esto es Billiken (por nombrar un ícono de la educación infantil) que muestra los hechos de una manera muy tierna, falsa y con gran desviación de tema,  sin mencionar casi a los héroes (y antihéroes) del Primer Gobierno Patrio, ni los violentos hechos que continuaron la Revolución. Esta revista y de las de su tipo, en general, prefieren contar anécdotas de color o tratar a los niños como incapaces de digerir otra cosa, antes que hablar sobre cómo se organizaron los pueblos de Hispanoamérica cuando se rebelaron contra su opresor.
   Otro factor de falta de educación, paradójicamente, es la escuela.
...Cuando chico detestaba la historia argentina, lo admito, pero como fui creciendo, leyendo e investigando, me di cuenta de que era muy interesante, llena de acción, drama y comedia. También me di cuenta de que la historia no era un acto escolar: los vendedores ambulantes de velas y empanadas, los señoritos de galera, las carrozas, el cabildito, las mujeres con peinetones y vestidos bizarros, etc. A lo largo de mi vida me mostraron eso. Nunca me mostraron a la Legión Infernal armada con rifles, pistolas y cuchillos, dirigida por French y Beruti, amenazando a los cabildantes para que se organizara la Primera Junta, ni cómo se "pidió" un Cabildo Abierto, ni las intenciones de cada prócer/nombre de calle, muchas veces influenciadas por el dinero. Así me hubiera gustado la historia.
   El ser pequeño no hace idiota; un niño no tendrá la misma capacidad de un adulto, pero tampoco merece ser tratado como incapaz de comprender ciertas cosas, al menos parcialmente.
   Considero un deber patrio conocer un mínimo real de la historia nacional. 


Fragmento del editorial de la revista "El Cambio", junio de 2010, escrito por Martín Ferrari, del Centro de Estudiantes Manuel Dorrego,  Escuela Secundaria N° 31, Morón.
CEHLAC agradece a Martín su autorización para la publicación del texto.

2 comentarios:

  1. Creo que es muy valiosa la crítica hacia la enseñanaza de la historia que hace este joven. Los que no somos jóvenes también estamos aprendiendo por nuestra cuenta, ya que hemos estudiado en períodos complicados. Nuestra curiosidad nos ayuda en la búsqueda que hacemos ahora por placer, no ya por obligación. Vayamos juntos, pues, con la mirada profunda y amplia. Elsa

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  2. Coincido totalmente... así es como poco a poco vamos perdiendo a cada vez más jóvenes, por la gran ineptitud de hacer que abran los ojos y descubran que realmente hay mundo a parte de los excesos y la "diversión" a la que acostumbran. La enseñanza de la niñez es la esencial para capturar mentes e interés y así abolir con los preceptos erróneos que se han formado durante años que plantean la típica “si estudias sos un aburrido”, y ni siquiera hay atisbos de proponerse no caer en la ignorancia, de sentir el placer de aprender, de tener una mente con alguna meta a futuro, etc.
    Apuesto a lo que plantea Martín… a una enseñanza auténtica y veraz. Que realmente siembre curiosidad e interés en nuestros niños y en nuestros jóvenes. Y para que se siga fomentando el sentimiento patriótico a través de la historia y no tan sólo por medio de partidos de futbol ya que se distorsiona completamente el concepto.
    Ya que los que comentamos somos jóvenes no hagamos que recaiga toda la responsabilidad en las personas que están frente enseñando… nosotros estamos más en contacto con la juventud, ya sean compañeros o amigos. Por lo tanto no vendría mal tratar de traspasar nuestra opinión respecto a la historia y a la enseñanza en general. De a poco la historia puede ir cambiando… por más que en estos tiempos sea inimaginable.
    Nahir Cardoso.-

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