Humahuaca, madre coya con su niña |
La proximidad del Bicentenario me inspiraba desconfianza en cuanto a que se anunciaba con celebraciones que podrían llegar a ser sólo de paradas militares y fiestas folklóricas, con muchas banderas celestes y blancas. Aunque había una marcha de pueblos originarios desde muchos rincones del país, yo no confiaba en que se llegara a vivir algo interesante.
Esos hermanos llegaron a Buenos Aires,para decir con su presencia que ellos siguen estando, pese a las persecuciones que han pasado y siguen pasando. Dijeron que se cumplen doscientos años de injusticia, de sometimiento, de explotación, de arrebato de sus lugares, de pisoteo de sus culturas, entre otros actos llevados a cabo en el nombre de una pretendida civilización.
Esos hermanos llegaron a Buenos Aires,para decir con su presencia que ellos siguen estando, pese a las persecuciones que han pasado y siguen pasando. Dijeron que se cumplen doscientos años de injusticia, de sometimiento, de explotación, de arrebato de sus lugares, de pisoteo de sus culturas, entre otros actos llevados a cabo en el nombre de una pretendida civilización.
Por otra parte, la recepción en el máximo nivel gubernamental argentino de los representantes de pueblos y gobiernos de países hermanos también me asombró gratamente, no por la elegancia y el protocolo, sino por el mensaje de la América hermosa, la del Sur del Río Bravo, en una unidad que despunta como un sol potente. Me quedo con esa imagen, la del mapa que compartimos y que es preciso que fortalezcamos.
Prof. Yailín Bosto Bueno |
Y en todo caso, luego de estas celebraciones, nos quedará el aprendizaje de usar la mirada amplia, de asociarnos, de abrazarnos todos, los de piel blanca y los que saben largamente de identidad, los que saben bien dónde estar.
Celebración con globos 25-5-10, B. Aires |
No hay comentarios:
Publicar un comentario